Parecía que no iba a llegar nunca. "Sí, nos vamos a vivir a Texas!", decíamos, pero era como en un futuro lejano, lejano. Pero ya está aquí!
Ayer por la mañana nos despertamos con la noticia: "your flight has been delayed, you may miss your connecting flight". Maravilloso! Pues nada, a buscar alternativas: vuelo a Atlanta instead. Nos fuimos al aeropuerto con una sensación rara.
Tocaba acabar de despedirse, de dar los últimos besos y abrazos, y de empezar a echar de menos a la familia, a los amigos, a los perretes, a la casa, al clima... Però ei, amb il.lusió! Axel y yo nos separamos, aunque por poco tiempo, y me tocaba empezar la aventura sola durante un mes. Qué miedo!
Después de un vuelo larguísimo a Atlanta (no recordaba que ningún vuelo se me hubiera hecho nunca tan largo, quizás tenía que ver el hecho de que me tocó sentarme en medio de dos personas y por no molestar a penas me levanté ni pude dormir bien), tocaba conexión con Dallas, pero antes inmigración y aduanas. El señor de la frontera se reía cuando le decía que me iba para Texas: "remember, the first thing you have to do is to find a swimming pool", y cuando llegué entendí qué quería decir. Pero fue muy amable, me deseó mucha suerte, me hizo pocas preguntas, y me dejó seguir.
Una vez ya en el avión camino a Dallas, a punto de despegar, se lió la del pulpo. Una tormenta brutal, con rayos y truenos y con los operarios saliendo por patas de la pista nos dejó ahí en medio hasta que amainó y pudimos despegar. Más retrasos! Pero una hora y media después, cuando para mi cuerpo eran las 2,30am, aterrizamos. El azafato jefe tenía un acento tejano brutal, y me asusté pensando que todo el mundo hablaría así, era casi incomprensible. Este señor nos dejó salir y llegamos a la locura de "baggage claim" que, como en otros aeropuertos, estaba a pie de calle. Vamos, que cualquiera podía entrar, pillar una maleta y pirarse. Esto lo habíamos visto en SF hace un par de años y ya nos extrañó, pero se ve que no es tan raro!
Ahí me esperaba Sandra, mi súper anfitriona en Dallas y guía desde el minuto uno (o antes!) de esta aventura. Nada más verme ya me avisó: ya te puedes estar quitando la sudadera. Qué calor! Salir por la puerta fue como entrar en una bola de fuego, respirabas y tragabas calor, y se te pegaba en la piel! Arrancamos (aire acondicionado a tope) y después de volvernos locas para encontrar una gasolinera, cambiar cuatro veces de surtidor ("pump") y ver q la gasolina vale menos de un euro el litro (haciendo cálculos, porque aquí va por "gallons"), seguimos hacia Dallas y llegamos a su casita.
Me enseñó su casa (qué bien vivimos!) y me empezó a dar consejos y a explicarme trucos para la vida aquí... Y cada vez me emocionaba más al pensar en lo que estaba por venir, qué nervios! Cenamos unas empanadillas riquísimas, "tomatillo" tex-mex total (cómo picaba!) y mi cuerpo, después de casi 24h en pie, dijo que ya bastaba.
Hoy me he despertado antes de las 7am, con un poco de jet lag, y feliz de ver todos los mensajes de ánimo y deseando buena suerte que he recibido. Tengo ganas de que llegue Axel ya y empiece él también la aventura, pero de mientras, aquí sigo yo!
That's all folks! Muchos besos
Me apetece estrenar este blog.
ResponderEliminarAnna vete dando cuenta que al Axel le queda un mes de bombero y durante este tiempo como tu dices "aquí sigo yo. Quítate esos nervios y el jet lag y cómete otro tomatillo, para ambientarte. La vida continua haga frío o calor. Un besote de "welcome".
Jo ana que guay! Me alegro tanto por ti! Y por tu churri! Disfruta a tope, tu puedes con todo, ya sabía yo cuando eramos peques que llegarías lejos y poco me equivocaba! Un super besazo y a vivir la experiencia! Muuuuuuaaaa
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